jueves, 18 de abril de 2024

Reseña de «De 'La sima del secreto' a 'Nuestros yos exfuturos'»

reseña escrita por el autor

 

Cejudo Palmero, Luis, De «La sima del secreto» a «Nuestros yos ex-futuros». Unamuno en «The Dial», Madrid, Opera Prima, 2023, 280 pp.

 

 

Con el título que aparece en el encabezamiento, el autor aborda la presencia de Unamuno en la revista estadounidense The Dial. Aunque los contactos con Unamuno para convertirse en el colaborador de referencia de la revista para España comenzaron en 1920, teniendo como interlocutor a Ezra Pound, no fue hasta enero de 1924 cuando vio la luz La sima del secreto, un cuento que había sido publicado el 6 de octubre de 1910 en el periódico La Nación de Buenos Aires, e incorporado en 1911 a su libro Soliloquios y conversaciones. La publicación de este trabajo tuvo lugar gracias a la mediación del poeta estadounidense afincado en Roma Louis How, quien se encargó de traducirlo a la lengua inglesa. Esta fue la única colaboración de Unamuno publicada en The Dial, pues el ensayo Nuestros yos ex-futuros, que fue calificado por Lewis Mumford como excursus o digresión retórica y por Unamuno como «comentario sobre un artículo del Sr. Van Wick Brooks acerca de Henry James», fue desestimado por ésta tras ser traducido al inglés por John Dos Passos. En el libro se recogen las vicisitudes que, tanto la publicación de uno como el rechazo del otro, tuvieron lugar en el círculo de toma de decisiones de la revista.

 

La revista The Dial tuvo una larga e intermitente historia, pero fue en su última época, entre 1920 y 1929, cuando se convirtió en una revista literaria de primer orden. En ella publicaron sus trabajos muchísimos escritores, como Bertrand Russel, D. H. Lawrence, Hermann Hesse, Paul Valéry, Marcel Proust, Thomas Mann, T. S. Eliot, que vio publicado a finales de 1922 su poema Tierra baldía, y Virginia Wolf su narración Mrs. Dalloway in Bond Street en julio de 1923, que supuso la primera aparición de este personaje literario en un medio impreso. Una gran parte de estos escritores enviaban sus colaboraciones en su lengua natal, lo que exigió que la revista dispusiera de traductores competentes en diferentes lenguas. Esto supuso un importante esfuerzo de traducción que los editores de The Dial se vieron obligados a desplegar, algo que permite al autor adentrarse en el fenómeno de la traducción y realizar una reflexión sobre su necesidad, la mediación entre las lenguas involucradas y la trascendencia de la idiosincrasia de cada una. 

 

Los escritores españoles que vieron como alguna de sus obras era publicada en la revista fueron, además de Unamuno, José Ortega y Gasset y José Martínez Ruiz (Azorín). Azorín publicó seis trabajos entre los años 1927 y 1928, procedentes de sus obras Las confesiones de un pequeño filósofo y Los pueblos. Estos textos en inglés aparecidos en The Dial sirvieron de base para elaborar las primeras traducciones que se hicieron de la obra de Azorín a la lengua china. De José Ortega y Gasset la revista publicó su ensayo Meditación del Escorial en marzo de 1925. No sólo estos tres autores tuvieron a su disposición ejemplares de la revista, Juan Ramón Jiménez fue suscriptor de ella durante muchos años; en su hemeroteca, que se conserva en la Casa Museo Zenobia-Juan Ramón Jiménez, se encuentran ejemplares del periodo comprendido entre enero de 1917 y marzo de 1929.

 

El libro realiza una minuciosa descripción de la revista, tanto de su proceso de edición, de las secciones en las que estaba dividida, de su composición y características, así como sus normas editoriales, la singularidad y carácter de sus directivos y lo que cada uno de ellos aportó, tanto desde la función que se les había confiado como la personalidad que impregnó al contenido y elección de los trabajos que fueron recibidos. Se detiene igualmente en analizar la personalidad de las dos principales directoras editoriales, Alyse Gregory y Marianne Moore, y los de su presidente, Sibley Watson, y el editor, Scofield Thayer, ambos accionistas mayoritariosThe Dial es el escenario del libro, y por ello el autor se cuida de describirlo cuidadosamente.

 

Los trabajos que el título recoge no sólo enmarcan la presencia de Unamuno en The Dial, permiten también encuadrar su pensamiento respecto a las preguntas que formuló Kant para definir al hombre como un ser metafísico, aquellas que generación tras generación han sido expuestas a lo largo de la historia y que en última instancia no encuentran respuesta. Estas preguntas se refieren a la existencia de Dios, la inmortalidad del alma y el misterio de la libertad humana. 

 

Si leemos con detenimiento el relato de La sima del secreto escrito por Unamuno, advertimos que todo su entramado narrativo nos remite a su conocido modo de filosofar, que podemos resumir con una de sus frases más reiteradas: «discurrir por metáforas». Una vez reconocido su método, podemos continuar examinando su proceso discursivo. Primero, que el sentimiento representa para él la forma originaria en que el hombre se experimenta como existente, y ello le conduce irremisiblemente a reconocer el límite de su conciencia ante la muerte. Segundo, que este límite abre el camino hacia su «instinto de perpetuación» o «anhelo de inmortalidad». Por último, el conflicto entre el «sentimiento de mortalidad» y el «hambre de inmortalidad» que engendra el «sentimiento trágico de la vida», que se trata de una forma de experimentar la vida como una lucha entre ser del todo, «ser para siempre», o no ser nada, «ser para la muerte».  Así, de esta forma, con un cuento en el que el paisaje ofrece una sima que esconde un secreto, Unamuno se enfrenta a las dos primeras preguntas a las que Kant hacía referencia cuando consideraba al hombre como un ser metafísico. 

 

En cuanto a su ensayo Nuestros yos ex-futuros, subrayar que fue escrito especialmente para los lectores de The Dial, como el mismo manifiesta en sus primeras líneas, a raíz de otro ensayo publicado en la misma en julio de 1923, en el que Van Wyck Brooks reflexiona sobre una obra de Henry James titulada The Jolly Corner (El alegre rincón), cuyo protagonista se enfrenta a su alter ego, el que pudo ser y no fue, cuando de vuelta de Inglaterra regresa a la casa donde vivió en su infancia. Unamuno reflexiona sobre los múltiples futuros que nos aguardaron y que sólo uno de ellos se convirtió en pasado, pasando el resto a engrosar nuestros exfuturos. Sostiene el autor el vínculo que el concepto de exfuturo mantiene con la imaginación, el azar y libertad, ideas asociadas con la finalidad, que fueron expuestas de forma brillante por Julián Marías. La imaginación, que crea proyectos y series causales, el azar, definido como interferencias ajenas a toda finalidad, con causas ajenas y extrínsecas a la misma, y la libertad, como elemento de innovación que permite al azar convertirse en «mi azar» cuando reacciono ante él.

 

El estudio de estas dos obras permite al autor adentrarse en un análisis de literatura comparada. Mediante La sima del secreto, la relevancia que las cavernas, cuevas, grutas y simas han tenido en las obras de ficción a lo largo de la historia. Y mediante Nuestros yos ex-futuros, la vinculación que la ucronía y el pensamiento de lo que pudo ser y no fue ha tenido en la intrahistoria, en la experiencia y en la memoria. Y es a través de la memoria el modo en que el exfuturo se transforma también en parte de nuestro pasado, en una realidad de ficción.

 

El libro contiene un importante apéndice en el que resaltan 21 cartas procedentes de la Casa-Museo Unamuno, de la Beinecke Rare Book and Manuscript Library de la Universidad de Yale y del Kislak Center for Special Collections, Rare Books and Manuscript de la Universidad de Pensilvania. Entre ellas, dos inéditas de Unamuno, tres, igualmente inéditas de John dos Passos, tres de Ezra Pound, una de Lewis Mumford y el resto escritas en representación de The Dial por algunos de sus directivos. En dicho apéndice se incluyen los dos textos de Unamuno, el texto manuscrito de Nuestros yos ex-futuros, que viajó a Nueva York y que fue devuelto a Salamanca por la revista, y la traducción al inglés de La sima del secreto que fue realizada por Louis How. Todo ello permite al lector consultar de forma directa las fuentes que ha utilizado el autor para desarrollar y exponer sus tesis, a la vez que permite apreciar que los proyectos e inquietudes de los editores y autores de hace un siglo merecen ser considerados como un reflejo de la sensibilidad actual.

 

 

Luis Cejudo Palmero