martes, 5 de octubre de 2021

Todas las fotos



Todas las fotos que conservo en cajas de cartón hablan de mí.
Testigos mudos de lo que he sido, de lo que alguien construyó y destruyó.
Fotos que te recuerdan que eres viejo, que fuiste joven, hijo, marido, padre y abuelo.
Que fuiste arrogante, que sigues siendo un farsante.
Montañas de fotos atesoradas, heredadas, regaladas,
por las que serías capaz de mentir, de matar, de huir, de pedir perdón, de perdonar.
Fotos escritas al dorso:
‘Tu amiga que no te olvida’,
‘En este lugar estuvimos juntos’,
‘Es este el lugar al que quiero volver’,
‘Justo ese lugar al que no volveré jamás’.
Fotos que te hacen recordar el dolor,
que fuiste un cobarde, que pudiste ser un valiente,
que no lo fuiste.
Fotos que duelen, que te ahogan la memoria, que la secuestran, que la agudizan,
que son olvido.
Fotos de grandeza, de perfil y de soslayo.
Fotos con sonrisas fingidas, con gestos inventados al compás de la música.
Fotos que inventas, que te inventan, que imaginas.
Todas, todas, fotos que miras, que te miran,
 y que mientras las miras te están mirando.
Fotos que te acarician, que huelen a mar, a montaña, a enebro, a mandarinas.
Fotos que cortan la piel, el cutis, la sonrisa, que te golpean sin piedad, como una maza.
Fotos que rompen el tiempo,
que descomponen el tiempo,
que lo irritan,
que lo empañan
y que lo engañan.
Fotos que son verdad,
que fuiste ese y que este es el que ahora eres.
Que te recuerdan que fuiste niño,
que tuviste un padre que te llevaba de la mano,
que te llevaba de la mano mientras mirabas tus pisadas,
que aún hoy caminas mirándolas.
Que ese padre ya nunca volverá.
Que tú estás aquí,
que pronto te habrás ido.
Fotos transparentes, impenetrables,
que quieres olvidar y que cuanto más quieres menos puedes.
Fotos que caminan,
que te hacen morir,
que te reviven,
que revives,
que amas.
Te rindes.
Fotos que mimas, que besas, que te besan, 
que te piden perdón, 
a las que pides perdón.
Fotos a las que perdonas,
que te perdonan.
Fotos que no están allí, que están aquí,
que eres ellas y que muestran el tiempo,
que son tu pasado,
tu propia vida.




Mi padre me lleva de la mano en 1956