domingo, 21 de enero de 2024

UNAMUNO EN LA REVISTA «THE DIAL»

Hace un siglo que se publicó en Nueva York el número 1 del volumen LXXVI de la revista THE DIAL, en el que se incluía un artículo de Unamuno titulado The Cavern of Silence (La sima del secreto). La sima del secreto vio la luz en el periódico La Nación de Buenos Aires el 6 de octubre de 1910 e incorporado con posterioridad, en 1911, a su libro Soliloquios y conversaciones.

 

Otro trabajo de Unamuno, Nuestros yos ex-futuros, fue escrito expresamente para esa revista a raíz de la lectura de un artículo escrito por el crítico literario Van Wick Brooks, publicado por la revista The Dial de julio de 1923 y titulado Henry James: The American Scene. Nuestros yos ex-futuros fue rechazado por los editores.

 

En mi libro, De «La sima del secreto» a «Nuestros yos ex-futuros», abordo la presencia de Unamuno en la revista estadounidense e intento encuadrar su pensamiento respecto a las preguntas que formuló Kant para definir al hombre como un ser metafísico; aquellas que generación tras generación han sido expuestas a lo largo de la historia y que en última instancia no encuentran respuesta. Estas preguntas se refieren a la existencia de Dios, la inmortalidad del alma y el misterio de la libertad humana.

 

La revista The Dial, que tuvo una larga e intermitente historia, fue en su última época, entre 1920 y 1929, cuando se convirtió en una revista literaria de primer orden. En ella publicaron sus trabajos muchísimos escritores, como Bertrand Russel, D. H. Lawrence, Hermann Hesse, Paul Valéry, Marcel Proust, Thomas Mann, T. S. Eliot, que vio publicado a finales de 1922 su poema Tierra baldía, y Virginia Wolf su narración Mrs. Dalloway in Bond Street en julio de 1923, que supuso la primera aparición de este personaje literario en un medio impreso. Una gran parte de estos escritores enviaban sus colaboraciones en su lengua natal, lo que exigió que la revista dispusiera de traductores competentes en diferentes lenguas. Esto supuso un importante esfuerzo de traducción que los editores de The Dial se vieron obligados a desplegar, algo que permite adentrarme en el fenómeno de la traducción y realizar una reflexión sobre su necesidad, la mediación entre las lenguas involucradas y la trascendencia de la idiosincrasia de cada una de ellas. 

 

Ha sido para mí una gran satisfacción dar a conocer esta revista, en la que estuvieron presentes Unamuno, Ortega y Gasset y Azorín.


Cubierta de la revista The Dial de enero de 1924.
Foto Luis Cejudo Palmero


 

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